¿Crees que tu casa es una inversión segura simplemente porque no ves su precio cada día? Déjame decirte algo: el riesgo no desaparece porque cerremos los ojos. En España existe la creencia de que el ladrillo siempre gana, de que comprar un piso para alquilar o esperar su revalorización es la apuesta más sólida. Pero la realidad es que el valor de un inmueble también fluctúa constantemente, aunque no aparezca reflejado en una pantalla. Esa supuesta tranquilidad de no ver cambios diarios genera una falsa sensación de seguridad.
Imagina esto: si tuvieras una app mostrando el precio de tu apartamento cada día, verías subidas y bajadas, igual que ocurre con las acciones o los bonos. Sin embargo, como el piso no cotiza en bolsa, esas fluctuaciones pasan desapercibidas, aunque sean reales. Además, el mercado inmobiliario cambia con la economía, con la legislación sobre alquileres, con la situación específica de cada barrio y hasta con las tendencias demográficas. El riesgo siempre está ahí, aunque no lo veas.
Por otro lado, los activos financieros como acciones o bonos ofrecen ventajas que muchas veces no valoramos lo suficiente. Con muy poco dinero puedes acceder a inversiones diversas: fondos, acciones de grandes empresas, bonos… La diversificación está al alcance de todos, permitiéndote repartir tu dinero entre distintas geografías, temáticas, sectores empresariales y perfiles de riesgo, sin necesidad de pedir un crédito gracias a tickets mínimos muy reducidos y a rentabilidades que ya son lo suficientemente atractivas sin necesidad del impulso del apalancamiento.
Además, los activos financieros te permiten una liquidez incomparable. Si necesitas tu dinero de vuelta, en cuestión de días lo puedes tener disponible. Por el contrario, vender un piso puede llevar meses o años, dependiendo del mercado. Y no olvidemos los costes adicionales de una vivienda: reformas inesperadas, comunidad, impuestos adicionales, costes administrativos, seguros, impagos, ocupaciones o conflictos legales. Añádele también la dificultad de dividir un inmueble en casos como herencias o separaciones, algo que no ocurre con los activos financieros, fácilmente divisibles y disponibles a golpe de click.
Inversión en inmuebles
- Ventajas:
- Estabilidad: Menor volatilidad en comparación con los mercados de acciones.
- Rentas recurrentes: Posibilidad de generar ingresos continuos a través de alquileres.
- Valor tangible: Inversión en un activo físico que puede apreciarse con el tiempo.
- Desafíos:
- Inversión inicial elevada: Comprar un inmueble requiere una cantidad considerable de dinero desde el principio, incluyendo el pago inicial y los impuestos de transmisiones, notaría..etc
- Liquidez reducida: Puede ser complicado y lento convertir tu propiedad en efectivo, especialmente si el mercado no acompaña.
- Mantenimiento y gestión: Ser propietario implica responsabilidades continuas como reparaciones, tratar con inquilinos y cumplir con normativas locales. Y si todo esto lo delegas en una agencia, lógicamente mermará la rentabilidad.
- Riesgo de vacantes: Existe la posibilidad de que el inmueble no se alquile, lo que implica no generar ingresos mientras sigues enfrentando gastos.
- Dependencia del mercado local: El valor y la rentabilidad de la propiedad pueden estar fuertemente influenciados por el entorno económico y las condiciones del mercado local.
- Carga de la deuda: La compra de inmuebles a menudo involucra préstamos grandes, lo que puede ser arriesgado si los ingresos por alquiler no cubren los costes.
- Impuestos y cargas fiscales: Los propietarios deben pagar impuestos a la propiedad, que pueden ser significativos, y potencialmente otros impuestos sobre ingresos por alquiler y ganancias de capital.
- Complicaciones legales y regulaciones: Las inversiones inmobiliarias están sujetas a un entramado de leyes y regulaciones que pueden variar y complicar la gestión de la propiedad.
- Inestabilidad económica y política: Factores como la inflación y las políticas gubernamentales pueden afectar significativamente la inversión.
- Riesgo de ocupación ilegal: La posibilidad de que la propiedad sea ocupada ilegalmente puede suponer un riesgo adicional, especialmente en algunas áreas, complicando la recuperación del inmueble y potencialmente generando costos legales y de desalojo.
- Daños y desastres: Los inmuebles están expuestos a riesgos de daños por desastres naturales o accidentes, lo que puede requerir inversiones adicionales para reparaciones.
Inversión en renta variable
- Ventajas:
- Acceso global: Oportunidad de invertir en mercados de todo el mundo.
- Alta liquidez: Facilidad para comprar y vender activos rápidamente.
- Diversificación: Posibilidad de distribuir el riesgo invirtiendo en diferentes sectores y geografías.
- Desafíos:
- Volatilidad a corto plazo: Gran fluctuación de precios en períodos breves.
- Riesgo de pérdida: Posibilidad de perder el capital invertido debido a la inestabilidad del mercado.
Un Caso Real: Inversión en Bolsa vs Inversión Inmobiliaria
Veamos un ejemplo práctico con Carlos y Laura. Ambos tienen 30.000 euros. Carlos decide invertirlos en un fondo de renta variable bien diversificado con una rentabilidad histórica anual media del 7% ajustada por inflación. En veinte años, gracias al interés compuesto, esos 30.000 euros podrían transformarse en alrededor de 116.000 euros. Y todo ello sin preocuparse por inquilinos, reparaciones o trámites constantes.
Laura, en cambio, usa esos mismos 30.000 euros como entrada para comprar un piso de 150.000 euros, financiando el resto con una hipoteca a 25 años al 3% de interés. Gracias al alquiler, consigue cubrir más o menos la totalidad de la cuota hipotecaria anual. Sin embargo, sin este apalancamiento financiero, la rentabilidad real del inmueble sería bastante modesta debido a la baja revalorización anual que es normal en este activo en comparación con la bolsa, pongamos, por ejemplo, de un 2-3%. Es justamente el apalancamiento lo que incrementa notablemente la rentabilidad, aunque esto implica asumir más riesgos financieros, más esfuerzo de gestión y menor liquidez inmediata. Además, hay que aclarar que comparar una inversión inmobiliaria apalancada con una inversión financiera sin apalancar no es una comparación justa. De hecho, la inversión financiera también puede apalancarse, aunque nunca debería ser lo más recomendable cuando nuestro objetivo es rentabilizar nuestros ahorros a largo plazo.
La conclusión está clara: el ladrillo no es la única opción, tampoco es necesariamente la más segura. Ni si quiera la más rentable tal vez. Puede ser una buena alternativa en circunstancias concretas, pero las inversiones financieras son flexibles, accesibles para cualquier presupuesto, permiten una diversificación más eficiente y aportan una mayor transparencia en su valoración.
Tu dinero merece algo más que ladrillos y esperanzas. Merece una estrategia consciente, bien diversificada y adaptada a tus necesidades reales. El riesgo seguirá existiendo siempre, pero cuando lo ves y lo gestionas, tomas el control real de tu futuro.
¿Qué tipo de inversión te conviene según tu perfil de riesgo?
A la hora de buscar tomar posiciones ya sea en inversión inmobiliaria o en renta variable te aconsejo que analices tu perfil de inversor respondiendo a estas preguntas:
- ¿Cuánto capital dispones para invertir? Ten en cuenta que siempre se recomienda tener un fondo de emergencia de al menos 6 meses de tu coste de vida.
- ¿Cuál es tu capacidad de endeudamiento?
- ¿Qué tolerancia tienes a la volatilidad de una inversión?
- ¿Te sentirías cómodo sin poder disponer de liquidez en tu inversión inmediatamente?
Si crees que la Renta Variable es para ti por todos los argumentos que hemos comentado, te invitamos a conocer con un especialista de NAO SAM cómo nuestros Fondos de Inversión en Renta Variable Europea pueden ayudarte a conseguir tus objetivos financieros a largo plazo.